El proyecto UBU-Bangalore, organizado por el centro de Cooperación de la Universidad de Burgos, me dio la oportunidad de salir por primera vez fuera de Europa para poner en práctica mis habilidades en la fotografía y adquirir otras nuevas. En el verano de 2017 estuvimos un mes conviviendo con estudiantes del orfanato de San Francisco en la ciudad de Bangalore, al sur de la India. Ante mis ojos se mostró un país caótico, revuelto y en construcción. Una suerte de anarquía que a duras penas se sostenía con una juventud que, a la par que luchaba por tomar las riendas de su vida, quedaba aplastada por el maremágnum del país asiático.
Paradójicamente, allí aprendí a dejar la cámara a un lado para priorizar la interacción con las personas, conocer todos los matices de un país colorido, diverso, que siempre tiene sus puertas abiertas y donde si tú disparas una foto, ellos te devuelven una sonrisa. Con este trabajo descubrí que existen muchas realidades paralelas dentro de la India.