Trabajando con luz natural, busqué un lugar a las a fueras de Madrid donde esta incidiera de forma cenital. Coincidiendo con los primeros copos de nieve del temporal de Filomena, los cuales se colaban a través del mismo hueco que nos proporcionaba la única fuente de luz, se consiguió recrear un entorno idílico donde trabajar los detalles y la expresibidad del cuerpo de un bailarín de danza contemporánea. 
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